Imagínate que en pleno siglo XXI, para desplazarte, usaras un caballo. Un poco raro, ¿no? Pues no solo eso. Imagínate que para desplazarte te montaras en el caballo, y los dos os subierais a un camión. Y que el viaje lo hicierais en el camión. Tu en el caballo, y los dos en el camión. Y que cuando el camión llegara al destino, os bajarais los dos y entonces tu desmontaras del caballo. Y claro, además, tuvieras que guardar el caballo, y el camión.
Parece más próximo a un chiste que a la realidad, ¿verdad? Pues eso es lo que muchas empresas siguen haciendo con la firma de contratos. Te mandan un contrato por correo electrónico y te dicen “imprímelo, fírmalo, escanéalo y devuélvemelo por correo electrónico”. Un documento que ya tienes en digital, pierdes el tiempo y los recursos en imprimirlo. Piénsalo, sería tan fácil como contestar el correo. Pero no, le das al botón de imprimir. Con suerte, la impresora estará conectada a la red y tendrá papel (y te avisará antes si no tiene, o no). Enviarás el documento a imprimir. A no ser que tengas un sistema de impresión por contraseña, el documento saldrá por la impresora y esperará que lo vayas a buscar. En ese tiempo, alguien más puede que imprima y que tu contrato acabe en la carpeta equivocada (con los problemas de confidencialidad que eso puede tener). Si todo va bien, ya tienes el contrato impreso en la mesa. Si eres la persona que tiene que firmarlo, cogerás el boli y firmarás. Si no, empezarás la gincana para encontrar y conseguir que la persona que tiene que firmártelo, lo haga. Una vez esté firmado deberás volver al escaner y volver a convertir en digital algo que ya lo era. Con suerte, sabrás a que carpeta tienes que mandar el documento escaneado, o incluso te lo tendrás que volver a enviar por correo electrónico a ti mismo, desde el aparato. Y cuando lo tengas ya en tu ordenador, podrás, por fin, devolverlo firmado, con esa sensación de haber conseguido un reto.
Firma de contratos fácil, rápida, segura y online
Ahora imagínate que simplemente hubieras hecho clic en el correo que te mandaron con el contrato, se hubiera abierto una web, y simplemente volvieras a hacer clic. Contrato firmado, y con un certificado que acredita la transacción. Este proceso justamente es Connectaclick Basic, nuestra solución de contratación online. ¿Bien, no? ¿Qué haces aún montado en el caballo?